¡ La vera italia !

Nápoles, siempre política y socialmente incorrecta; siempre burbujeante; una población pobre empujada a actividades "non sanctas", una circulación estruendosa, incesante y caótica, un aire enrarecido pero... siempre, siempre esa atmósfera espontánea, descontracturada: ¡Nápoli, la vera Italia!
 Nápoles posee como toda Italia un acerbo cultural, un patrimonio histórico y cultural maravilloso a pesar de erupciones del Vesubio, de terremotos y de una Segunda Guerra Mundial que se ensañó particularmente con esta región, un golfo que se admira desde hace miles de años, un clima más que generoso y unos habitantes que no se dejan embaucar por el estrés de la vida moderna ni los dictados de la globalización.

Bienvenido al centro de la ciudad, donde cada día, podrá visitar un museo, una calle, una plaza, un monumento, o pasear por el mayor centro histórico de Europa, un verdadero museo al aire libre, Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO. Bienvenido también a una región colmada de historia y de leyendas donde cada roca, cada gruta, cada sendero tiene una historia para contarnos y donde la belleza natural de la bahía más hermosa del mundo nos deja sin aliento.

 Nápoles fue fundada por los griegos con el nombre de Neapólis y fue conquistada por los romanos en el siglo IV a.C. quienes la frecuentaban como estación balnearia. A partir del siglo XIII Nápoles comienza a vivir tiempos convulsionados, franceses, sicilianos y españoles, entre otros, se suceden en su dominación, cada una de esas etapas dejaron inscripto su paso en numerosos monumentos y edificios que aún hoy podemos descubrir. El siglo XVII fue particularmente floreciente desde el punto de vista artístico y aparece la escuela de pintura napolitana bajo el pincel de Caravaggio, numerosos palacios e iglesias de estilo barroco se levantaron en ese período. En el año 1860, Nápoles forma parte del Reino de Italia.

 La ciudad de Nápoles es la capital de la provincia homónima y forma parte de la región de Campania en el sur de Italia. Esta hermosa ciudad está flanqueada por el volcán o monte Vesubio y los Campos Flégreos, otra formación volcánica, y se encuentra al norte del Golfo di Napoli junto a la ciudad de Pozzuoli. Al este del golfo encontramos la increíble "Pompeya" y el famoso Vesubio, al sur la magnífica Sorrento y la península sorrentina separa el Golfo de Nápoles del Golfo de Salerno, todo sobre el legendario mar Tirreno, que forma parte del mar Mediterráneo.

 Nápoles cuenta con un aeropuerto internacional, el "Capodichino Ugo Niutta" que es el más importante de toda la región sur, su tráfico aéreo es importantísimo recibiendo y despachando vuelos domésticos y europeos. Muchas compañías de vuelos de bajo costo y charters operan con este aeropuerto que se encuentra a sólo 7 Km. del centro de la ciudad. El traslado desde el aeropuerto hasta la ciudad se realiza cómodamente en autobuses, minibuses o taxis que parten en dirección de la estación de trenes o del puerto (Piazza Municipio, centro de la ciudad).

 Los trenes que llegan a Nápoles lo hacen vía Roma, por esa razón, en cualquier lugar de Europa o Italia hay un tren que nos acerca, el trayecto entre Roma y Nápoles dura aproximadamente 45 minutos (sólo las separan 200 Km.) y cada media hora parte un tren. Si preferimos viajar en autobús, hay empresas que llegan a Nápoles desde diferentes ciudades de Europa y, por supuesto, de la misma Italia.

 Si preferimos llegar a Nápoles en coche, debemos seguir las indicaciones para llegar a Roma y continuar sobre la autopista A1 hasta "Napoli".
 Utilizar el transporte público tanto en la ciudad como en sus alrededores no ocasiona ningún inconveniente, hay trenes de cercanías, dos líneas de metro, tranvías, autobuses y cuatro funiculares. Todas las líneas de autobuses pasan por la estación de trenes y por la Piazza Garibaldi.
 El pase "UnicoNapoli" se vende en los bares, cafés y los negocios que venden tabaco. Los barcos que realizan el viaje entre el continente y las islas de Capri o Ischia salen de Castel Nuovo.

 Alojarse en Nápoles no representa mayores problemas, hay alojamiento siempre disponible para todos los presupuestos, desde hoteles de lujo estándar superior a 5 estrellas, hoteles resort, hoteles Spa, hasta pensiones, residenciales, alojamiento en hoteles boutique, conventos y monasterios, alojamiento en casas particulares, albergues para familias, albergues para la juventud, hostales y Bed&Breakfast.
 Nápoles tiene fama de ser muy cara sin embargo, podemos encontrar alojamiento en la zona peatonal por menos de 10 euros la noche y no estoy hablando de dormitorio colectivo en un albergue para la juventud.
También dispone de campings bastante bien equipados y...nada queda lejos en la provincia de Nápoles, bien podemos alojarnos en las afueras de la ciudad y disfrutar tanto de la oferta cultural del casco histórico de la ciudad de Nápoles como de las bellezas naturales del golfo.

 La experiencia y los recuerdos más emotivos que nos dejará Nápoles no son tanto la visita de sus monumentos históricos como la aproximación a la vida de los napolitanos. El modo de vida que llevan, sus hábitos y costumbres, esa atmósfera descontracturada es única e imperdible. Sentarse tranquilo y observar las escenas de la vida cotidiana, ver pasar a los jóvenes en sus famosos scooter, los niños jugando al fútbol en cualquier lugar o mejor dicho en todo lugar, los ancianos trabajando con sus manos, la ropa secándose a la vista de todos, la música que suena por doquier...alejándonos sólo un poco del casco histórico, observando atentamente a no estar disfrazados de turistas haciendo ostentación de cámaras fotográficas, filmadoras, netbooks, bolsos... (Reconozcamos que la seguridad no es un tema menor en esta castigada ciudad y el arrebato existe).
 Quizás no lleguemos a creer como los hizo Stendhal que Nápoles es la ciudad más bella del mundo pero, no permaneceremos indiferentes a tanta exhuberancia.
Muchas veces denigrada y puesta a parte, Nápoles se construyó (y muchas veces se destruyó) sobre la bahía más linda del mundo, entre las laderas del temido Vesubio y la primavera de Capri, a dos pasos de Pompeya y reposando sobre la bellísima costa amalfitana, sus calles plenas de vida esconden palacios de antiguo esplendor, iglesias barrocas y las "piazzas" más animadas de Italia.
Dice la historia que muchos napolitanos se incorporaron a la aventura de conquistar el Nuevo Mundo y que enfermos en esas tierras lejanas sólo murmuraban "Ver Napoli e dopo morire", el amor incondicional a su ciudad sigue presente en los hijos de Nápoles