Costa Dorada: maravillosas playas y cálido ambiente
Ochenta y un kilómetros de playas de arena fina y dorada recorren el litoral bañado por las aguas tranquilas del mar Mediterráneo, en el sur de Catalunya. A sólo cien kilómetros de Barcelona y junto al aeropuerto de Reus y la estación del AVE Camp de Tarragona, te espera un territorio único y repleto de agradables sorpresas: 60 extraordinarias playas y calas recónditas, un rico patrimonio natural y arquitectónico, una gran oferta de ocio que encabeza PortAventura World, además de una pasión auténtica por la gastronomía y el vino, y unas fiestas originales, emocionantes y excepcionales.
La Costa Dorada se encuentra muy bien comunicada. Por carretera, las nacionales N340, N230 y N240, además de las autopistas AP2 y AP7, conectan con las principales destinaciones de la costa y el interior. Existe además una variada oferta y conexiones en autobús desde las principales ciudades del Estado así como de las principales capitales europeas. La Costa Dorada cuenta con un aeropuerto propio, en Reus, a sólo 90 kilómetros del aeropuerto del Prat, en Barcelona. El AVE también tiene parada en la estación de Camp de Tarragona, mientras que la línea convencional recorre toda la costa de norte a sur.
La fachada marítima de la Costa Dorada cuenta con una variada oferta de servicios y actividades. Salou, Cambrils, Vila-seca La Pineda Platja, El Vendrell, Calafell y Muntanyes de Prades son las destinaciones de tu viaje a la Costa Dorada que cuentan con la certificación de Destino Familiar, una garantía para las familias con servicios adaptados en equipamientos públicos –como las playas-, además de los alojamientos y establecimientos de restauración. Salou y Cambrils además, también disponen de la certificación de Turismo Deportivo.
El viaje a la Costa Dorada se convierte también en una gran experiencia patrimonial. En Tarragona, la riqueza de su patrimonio arquitectónico romano, catalogado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, nos permite comprender cómo era la vida durante la época romana. Mientras, en el interior, los monasterios del Cister son una auténtica joya medieval, con ciudades próximas como Montblanc. La comarca del Priorat, por su parte, representa la simbiosis entre naturaleza y el enoturismo, siendo una buena apuesta para conocer al detalle y saborear este territorio.
