Carnavales sicilianos y tradiciones de Pascua y primavera
Como pueblo mediterráneo, el palermitano es un
pueblo amante de la animación, la alegría y la espiritualidad mezclada con los ritos paganos. Por eso, en el calendario festivo de la ciudad es posible encontrar muchos eventos a lo largo de los meses que
dan un color especial a Palermo en las distintas épocas del año. El
Carnaval es sin duda un momento álgido en toda la isla, que celebra durante la semana previa a la cuaresma el triunfo de
Don Carnal con desfiles, disfraces, música y desenfreno festivo por las calles. Las máscaras, al igual que en otras regiones de Italia (como por ejemplo Venecia), son un símbolo de cada localidad; en
Palermo las tradicionales son las
Jardinara (jardineros) y la
Varca. Durante el
Carnaval, la fiesta se combina también con la elaboración y el consumo de especialidades gastronómicas típicas del evento. En
Palermo, al igual que en otras localidades sicilianas, las carrozas de los desfiles suelen inspirarse en la clase política de la ciudad y del país para expresar su crítica a través de la burla y el ingenio. Además, en la ciudad es tradición celebrar el llamado
Mastro di Campo, un acto del siglo XVII en el cual un joven con máscara roja escala un edificio para rescatar a su enamorada.
El día de Pascua se celebra en
Palermo el llamado
Día de los Solteros (
schetti), durante el cual los solteros de la ciudad realizan una peculiar competición en la cual tienen que elevar con un solo brazo un árbol convenientemente adornado y pasearlo por las calles, hasta llegar a la casa de las zite o novias. También en
Pascua tiene lugar el
Baile de los Diablos; habitantes de la ciudad disfrazados de tales recorren las calles por la mañana, golpeando las puertas y buscando las almas de los viandantes. Por la tarde se representa la lucha entre Cristo y los diablos, con el consiguiente triunfo del Bien sobre el Mal. Además, en la cercana localidad de Monreale se celebra la
fiesta de la Primavera, con hermosos rituales a cargo de los monjes de la abadía benedictina de San Martino delle Scale.
Bellas y alegres tradiciones en una ciudad que tiene mucho que ofrecer a los visitantes. Cualquier viajero que se precie
conseguirá enamorarse de Palermo en sólo unas pocas horas, gracias a su belleza, su cultura, la hospitalidad de sus habitantes y su deliciosa gastronomía. Palermo merece una visita y unas vacaciones: el flechazo con la ciudad está garantizado...