Una isla bellísima que se recorre a pie
Capri es un lugar perfecto para el viajero que desee conocer la isla a su ritmo, con andar reposado y sin preocuparse por las prisas o los coches. La forma más habitual de llegar a la isla es en ferry desde la costa italiana; desde los puertos de ciudades como Nápoles y Sorrento parten varios hacia la isla todos los días. Los ferrys llegan al puerto más importante de
Capri, conocido como
Marina Grande, que es el primer punto destacable de la visita. Eso sí, antes de llegar podremos disfrutar del bello espectáculo de los farallones o acantilados de la isla, vistos desde el mar... Ya en la Marina Grande se impone un paseo por el puerto para contemplar sus cuidadas casas, sus magníficos yates y (quién sabe) quizás la presencia de uno o más famosos, constantemente vigilados por los paparazzi. Desde la Marina Grande es posible tomar un funicular que nos llevará a la parte alta de la isla:
la Ciudad de Capri. Desde allí contemplaremos extasiados unas maravillosas vistas de la Marina, el mar Tirreno, las Islas Faraglioni y más allá, las ciudades de Nápoles y Sorrento e incluso el volcán Vesubio.
El
casco antiguo de la ciudad está también situado en la parte más alta. Como ya hemos comentado, está vedado a los coches; sus calles peatonales permiten a los viandantes disfrutar tranquilamente de los paseos, las tiendas y la contemplación de los edificios. El centro neurálgico de la isla es la
popular Piazzetta, donde podremos encontrar la Iglesia de San Stefano y también muchas de las más exclusivas boutiques, tiendas y restaurantes. Este lugar es también el destino preferente para quienes busquen animación después de la puesta de sol. Otras
calles comerciales de gran interés son la
Via Vittorio Emanuelle,
la Via Croce y
Camelle. Pero en
Capri hay mucho más que tiendas y lujo: es también una isla que guarda tesoros históricos de excepción. Algunos de los antiguos emperadores romanos escogieron
Capri como destino de verano para su propio relax, construyendo allí magníficas villas. La más famosa y espectacular es Villa Jovis, edificada por orden del emperador Tiberio como lugar de retiro en el que vivir sus últimos once años. Julio César y Augusto también construyeron sus propias residencias, y hoy día se impone una visita a todas ellas por su interés histórico y su espectacularidad.
La zona de
Anacapri, la más alta de la isla, está ya alejada de la zona más glamourosa. Allí podremos contemplar la iglesia medieval de San Michele y la de Santa Sofía. Además, los restos de una villa romana dieron pie a que el escritor Axel Munthe edificara la Villa San Michele, que hoy día es una fundación abierta al público rodeada de magníficos jardines y con una impresionante colección de antigüedades. Para quienes quieran seguir disfrutando con la presencia de la historia en la
isla de Capri, la visita a
la Cartuja (Certosa en italiano) de
San Giacomo (edificada en el siglo XIV, época de la cual se conserva el claustro, y restaurada en el XVI tras sufrir un incendio) es de obligado cumplimiento. Situada en alto, al borde del mar, es de una belleza sobrecogedora. Además, otros puntos de interés histórico y arquitectónico son la
Casa Rossa, con una amplia exposición de restos arqueológicos; el
Castello Barbarroja, del siglo XVI y que es un testimonio de la invasión de la isla por parte del famosísimo corsario del mismo nombre; y el Palazzo Cerio, con una interesante exposición de restos paleontológicos y arqueológicos.
Aún nos queda algo muy importante en la
isla de Capri: el entorno natural. Podemos comenzar por el punto más famoso de toda la isla, la
inigualable Grotta Azzurra o
Gruta Azul. Célebre desde comienzos del siglo XIX, cuando la popularizaron dos escritores románticos, originalmente era un lugar temido debido a las leyendas populares, que la suponían plagada de brujas y monstruos. La gruta tiene una profundidad de entre 15 y 20 metros, y su nombre se debe al intenso color de sus aguas, incrementado por la luz que penetra por la entrada de la cueva. Dentro de la cueva hay una plataforma natural, con una escala de atraque que ya fue acondicionada por los romanos y que sirve para poder desembarcar y contemplar la gruta desde tierra firme. En el exterior, justo sobre la
Gruta se ubican los restos de la Villetta de Gradola o Gradelle, una pequeña villa de época romana. Otros puntos de interés en la isla (no tenemos espacio aquí para contar todo lo que nos gustaría) son la pintoresca y encantadora
Marina Pequeña,
el Arco Naturale sobre el mar, la Via Krupp, el barrio de Le Boffe, el Faro de Punta Carena, los senderos de los Fortines y del Passetiello... Un consejo: lo mejor es caminar por la isla e ir descubriendo nuestros propios rincones inolvidables.
Merece la pena perderse en Capri...