Lugares imperdibles

Bremen ofrece una cantidad importante de museos de todo tipo siendo todos de alta calidad y prestigio. Iglesias con más de 1.000 años de historia y edificios y monumentos dignos de conocer porque nos retratan la historia de un pueblo pujante y con determinación. La oficina de turismo y emprendimientos privados ofrecen tours temáticos variados y muy bien organizados.
Pero, Bremen también es una ciudad que invita a caminar, a conocer sus rincones, sus plazas, la rivera del río el "Schlachte" con su oferta gastronómica, sus cruceros, sus mercados y sus innumerables encantos, simplemente porque sí, porque es una ciudad animada y pintoresca. Podemos pasar del bullicioso barrio "Viertel" al oasis de sus parques...la misma peculiaridad encontramos en su ciudad hermana, Bremenhaven con su increíble puerto de aguas profundas que nos invita a soñar con tierras lejanas o simplemente visitar sus museos marítimos cargados de recuerdos de lugares de los cuatro puntos cardinales, de todos los continentes y de todas las culturas.
Otras excursiones también son dignas de ser realizadas como una escapada al encantador pueblito de Worpswede, al que se puede acceder en barco y es el lugar elegido como residencia por artistas y bohemios.
Las ciudades de Hanóver y Hamburgo se encuentran a menos de 100 Km. y desde el puerto de Bremerhaven se puede llegar hasta la encantadora isla de Helgoland.

En el embarcadero Martini situado en el muelle Schlachte amarran los barcos y catamaranes que realizan excursiones por el río Weser, ya sea sólo para navegar disfrutando de una buena comida y del paisaje o para dirigirnos a un destino preciso.
La pequeña aldea de Worpswede es un reducto de artistas y se encuentra en el valle de Hamme en el corazón de "Teufelsmmoor" (Pantano del Diablo).
Desde fines del siglo XIX se convirtió en una colonia de artistas de renombre. Los artistas, y muchos artesanos de calidad innegable trabajan frente al público y venden sus creaciones en exposiciones o galerías. Este pueblo es encantador en cualquier estación del año y la afluencia de turistas de los últimos años ha desarrollado una infraestructura y una oferta turística acorde a las exigencias de los visitantes.
La isla de Helgoland, única isla alemana situada en el mar, es particularmente apreciada por su paisaje natural. Dunas, playas de arena fina, acantilados, aves marinas se encuentra a sólo 70 Km. de la costa.
No sólo su paisaje natural es increíble, sus construcciones coloridas, sus pequeñas tiendas, el aire puro que se puede respirar y la acción benéfica de la corriente del golfo hace que en verano, sus días de playa sean proverbiales por la calidad de su clima.
La limpieza única de su playa y la temperatura del mar que no desciende de los 26°C -además de tener un tenor de yodo y oxígeno inigualables- se conjugan con la carencia de polen y de gases tóxicos en el aire haciendo de esta isla un lugar privilegiado para quienes padecen alergias o problemas respiratorios.
Otro atributo de esta pequeña isla es la famosa langosta de Helgoland y la especialidad de la isla el "Knieper" que representa un banquete para cualquier gourmet. También en esta isla la oficina de turismo organiza excursiones para la observación de aves, senderismo, deportes acuáticos, mini golf o simplemente aprovechar que está libre de impuestos (tasas de aduana e IVA) y comprar de todo. No importa la estación del año, Helgoland tiene un clima especial siempre.