Sopas, gazpacho, pescados y repostería árabe

A pesar de tratarse de una región de clima cálido, Mijas y sus alrededores son tierra de sopas calientes... Y por supuesto, frías. Dentro del recetario "sopero" de la localidad se encuentran especialidades muy antiguas, muchas de las cuales reciben un fuerte influencia del pasado árabe de la provincia de Málaga. De hecho, el nombre de una de sus sopas más conocidas, la sopa de maimones, nos remite a las épocas de la presencia musulmana en el país. Esta receta es típica también de Granada, y resulta muy similar a la tradicional sopa de ajo con su especial punto de diferenciación. También merece la pena probar las cachorreñas, preparadas con pan remojado, ajo, pimentón y vinagre, así como las deliciosas y contundentes sopas de pescado, o el popular gazpachuelo de tradición pesquera. Esta sopa marinera se prepara con caldo de pescado y se acompaña con huevo cocido, una salsa parecida al alioli, patatas cocidas y  pan tostado.

Dentro de las sopas frías, tan refrescantes y deliciosas en el calor del verano, la reina por antonomasia es el gazpacho, que en Málaga se prepara con su toque especial, al igual que en el resto de las regiones andaluzas. El salmorejo y el ajoblanco acompañan al gazpacho en un recetario delicado y sabroso, destacando la variedad de ajoblanco que se acompaña de uvas moscatel. La ensalada mijeña, elaborada con patatas, aceitunas, cebolleta, bacalao y naranjas, es también un entrante perfecto por su ligereza y su sabor, siempre acompañada del típico y contundente "pan cateto" de Málaga. Además, no podemos olvidar los exquisitos pescados mediterráneos que llegan a los puertos diariamente y que se preparan al horno o a la sal, además del típico y célebre pescaíto frito, los clásicos espetos de sardinas que se asan en las moragas (especie de barbacoas playeras realizadas sobre barcas), las gambas y mariscos...

La repostería árabe es una presencia constante en los obradores y pastelerías mijeños. Las tortas de aceite son típicas de la provincia de Málaga, y cada población las elabora a su manera. Los polvorones, las yemas y los mantecados son también habituales, pletóricos de sabor gracias a ingredientes naturales como la miel, las almendras y el aceite de oliva.

Y por supuesto, sin olvidarnos de los vinos dulces que tienen la Denominación de Origen Málaga, en sus vertientes de Moscatel, seco, blanco dulce y muchas otras deliciosas variedades.