Los mejores vinos en tierra de guisos, carnes y verduras

Basta pronunciar las dos palabras: La Rioja, y todo el mundo sabe que estamos hablando de vinos. De vinos y de mucho más, porque los excelentes caldos que se elaboran en estas tierras desde mucho antes de que los romanos habitaran la Península Ibérica son el acompañamiento de muchos otros atractivos, tanto culturales como gastronómicos. Las fértiles tierras que rodean a Logroño ofrecen año tras año deliciosas verduras y legumbres (especialmente judías, que reciben el nombre de caparrones o pochas, dependiendo de la variedad y la temporada), y pastos para ganado vacuno y ovino que proporciona carnes de la máxima calidad. Además, en las tierras riojanas existe una gran tradición de elaboración de embutidos, que se consumen solos o como parte de alguno de los deliciosos guisos típicos de la región.

Es posible que el plato más conocido de la gastronomía riojana sea también el más humilde. Nos referimos, por supuesto, a las patatas a la riojana, un guiso que el mismísimo Paul Bocuse, uno de los cocineros más célebres del mundo, alabó por encima del marisco. Tan sencilla como deliciosa, esta receta lleva patatas, pimiento, ajo, cebolla, chorizo riojano y pimiento choricero; a partir de aquí, cada cocinero tendrá su propia versión. Otros contundentes platos que pueden degustarse en Logroño son los caparrones (judías rojas) con tocino, chorizo o costilla de cerdo, y las pochas (blancas), que se consumen en otoño acompañadas de verduras. Sopa serrana, caldereta riojana, migas de pastor y platos de caza como las perdices y codornices escabechadas adornan también el recetario riojano para deleite de propios y extraños.

Pero además de ollas y pucheros, en La Rioja disfrutan de excelentes verduras que se cultivan en la zona de la Ribera del Ebro. El plato estrella que se prepara con estos ingredientes es la menestra riojana, un compendio de lo mejor de la huerta que lleva coliflor, espárragos, alcachofas, judías verdes, acelgas, guisantes y puerros. La menestra se puede preparar de distintas formas dependiendo de la zona, pero la excelencia de la materia prima se mantiene en todas las mesas. También son típicos de la zona los cardos, las borrajas y los champiñones. Entre las carnes destaca sobre todo el cordero y sus célebres chuletillas asadas o a la parrilla. Ya en el apartado de pescados, el bacalao a la riojana es toda una institución, y también se pueden degustar deliciosas especialidaes a la brasa, así como excelente marisco.

La repostería de La Rioja recibe allí el nombre de Golmajería. El término es de origen árabe, al igual que muchas de las especialidades que se elaboran, entre las que destacan el mazapán de Soto, los molletes de Santo Domingo de la Calzada, el fardelejo de Arnedo, la barrilla de Calahorra y muchas otras delicias. Y por supuesto, dentro de cualquier compendio de la gastronomía de la región no podemos dejar de destacar su producción vinícola. La Denominación de Origen Calificada Rioja es una de las más prestigiosas de nuestro país, y bajo ella se producen año tras año vinos que reciben los máximos galardones internacionales. Hay tres zonas de producción: Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa, y son vinos que se caracterizan por su equilibrio y su aroma.