Calas, islotes y puertos deportivos protegidos por una espectacular sierra

Paguera y sus alrededores cuentan con muchos lugares de interés para visitar, de tal forma que año tras año impone repetir la visita a la zona, para seguir disfrutando de todo lo que tiene para ofrecer. Lo primero que llama la atención a los viajeros, y el motivo por el cual la mayoría acude a pasar sus vacaciones en esta región, son sus hermosas playas.

Tres grandes arenales adornan las costas del municipio de Calvià, y los tres se encuentran muy cercanos a la población de Paguera. Se trata de las playas de Palmira, Torà (o Paguera Torà) y la playa Romana o dels Morts, llamada así por la cantidad de restos prehistóricos localizados en la zona. Palmira es el nombre de la más grande y popular de las tres playas; con sus 600 metros de longitud, es posible acceder a ella de punta a punta gracias al paseo marítimo jalonado de palmeras que la bordea. Desde este paseo llegamos también a la playa de Torà, que con sus 500 metros es también un amplio arenal, al que se accede directamente desde el centro urbano de Paguera. La playa Romana tiene una extensión de 600 metros de arena fina y blanca; lo más destacable de este bello arenal es la hermosa vegetación que se ha conservado junto a ella, formada por pinos costeros y sabinas. A esta playa se llega por un camino que parte de playa Torà a lo largo del litoral.

Para quienes disfruten alejándose de las playas más turísticas y gusten de refugiarse en la intimidad de las calas, en las cercanías de Paguera las hay en profusión y para todos los gustos. La más conocida por su tamaño y configuración es la bellísima Cala Fornells, en la que se han habilitado soláriums sobre las rocas colindantes para ampliar el espacio de descanso. Cala s'Olla es más salvaje y virgen, perfecta para el baño y menos para tomar el sol, ya que es de cantos y grava. En cuanto al Caló de ses Llises, también de grava y cantos, el entorno de acantilados y pinares que la rodea es su mayor atractivo. Como curiosidad, destacar que desde la roca situada a la entrada son habituales las zambullidas de los bañistas que acuden a este punto. Está algo escondida, y para llegar a ella hay que acceder desde la vía que va de Peguera a Cala Fornells.

La Sierra de Tramuntana, la cadena montañosa más importante del archipélago balear, acoge al municipio de Calvià en su jurisdicción. El pico más alto de la sierra es el Galatzó, y las rutas que a él conducen llevan a un punto desde el que se puede contemplar todo el término municipal, el mar Mediterráneo en toda su inmensidad y los recónditos valles de la sierra con sus vaguadas y sus barrancos. Ante el litoral también podemos contemplar mulitud de islotes: Malgrat, Sa Porrassa, El Toro, Ses Illetes... Desde los puertos deportivos parten diariamente embarcaciones que hacen rutas por las islas, desde las que se pueden visitar también las cuevas marinas de la costa. Algunas de ellas tienen fondo plano de cristal para poder contemplar los fondos y la vida marina.

La localidad de Calviá es la más importante de la región, y es en ella donde podremos dedicar parte de nuestro tiempo a caminar y descubrir interesantes edificios y monumentos. La Iglesia de San Juan Bautista data en origen del siglo XVII, aunque fue reconstruida en el XIX, bajo el estilo neomedieval típico de la época. Sus esbeltas torres gemelas son elegantes y muy características. Además de la iglesia, también merece la pena destacar el Ayuntamiento, una interesante construcción moderna de 1.989 de los arquitectos Rafael Balaguer y Jaime Vidal. Las mansiones y villas señoriales y los molinos harineros de la localidad y los alrededores comparten protagonismo con las edificaciones defensivas de la costa, testigos de las épocas antiguas en las que los ataques piratas y las batallas desde el mar eran una constante. En total hay seis torres de defensa, la más antigua de las cuales es el Castellot de Santa Ponça, del siglo XIV. El resto, del siglo XVI, son la Torre de Cap Andritxol, la de Cala Figuera, la de Portal Vells, la de Sa Porrassa y la de Illetes.

Cerca de Paguera hay otras preciosas poblaciones que visitar. Por ejemplo, Bendinat con su castillo neogótico del siglo XIX y su selecto Club de Golf; Es Capdellà, un tranquilo enclave del interior, ubicado bajo el pico Galatzó y con preciosas casitas pintorescas; Illetes, con su torre defensiva y el impresionante fortín militar de mediados del siglo XX; Portal Nous y su puerto deportivo; Santa Ponça y sus casas antiguas (possesiós) mallorquinas, así como sus yacimientos arqueológicos; y Son Ferrer, donde los emblemáticos talaiots, la cueva sepulcral y otros interesantes elementos megalíticos harán las delicias de los amantes de la Prehistoria.